Ensalada templada de berberechos!!

Érase una vez una comunidad que vivía en zonas próximas a las costas y que allá por tierras de Hispania habían elegido estar por las rías gallegas, ya que las condiciones de vida serían similares a las de las zonas de América de las que provenían. Llovía mucho por el Atlántico y eso era perfecto para su hábitat. Cuenta la leyenda que muchos siglos antes de la era I de su calendario, el mundo las condenó a las arenas. La era I fue el año del chapapote y los vertidos de petróleo, cuando estuvieron a punto de ser extinguidas totalmente. Pero eso aún no lo sabían, sería muy, muy lejos en el futuro. A esta gris ciudad llegaron noticias de las cuitas entre César y Pompeyo y llegó a sus oídos que César había cruzado el Rubicón con sus tropas. ¡Dios mío! ¿había cruzado el río? Si pensaba defender Hispania de la misma manera que las Galias e Italia, su joven comunidad estaría abocada al fin, ya que todos esos caballos pisando sus arenas acabarían con ellos. En el fragor de la batalla caerían cuerpos y objetos pesados, que las aplastarían, romperían sus preciosas conchas y las aniquilarían para siempre. Eso perturbó mucha al consejo de bivalvos. La tierra se estremecería bajo el galope de las fieras de cuatro patas, las exterminarían sin dudarlo por muy hermafroditas que fueran y por muy rápido que se reprodujeran. Nada estaba de su parte. El silencio se impuso en su mundo, la oscuridad de los cielos temerosos se cernió sobre su esfera celestial ocultando el sol para siempre y el miedo se apoderó del joven pueblo…. enterrándolo en el olvido. Un día, los más jóvenes decidieron en asamblea entrenarse y se adiestraron militarmente. Aprendieron a cerrarse en banda si alguien las tocaba, se entrenaron para salir saltando en caso de peligro y aunque no poseían el secreto de la pólvora, se prepararon para explotar si alguien las mordía. Pero por decisión de sus mayores siguieron escondidas, silenciosas y ocultas, aunque César nunca apareció, ya que se fue para Grecia, pero ésa es otra historia.
Al cabo de varios siglos, llegó a oídos del rey del mar la historia de la comunidad escondida y decidió ir en persona a conocerla y a recompensarla por su inteligencia y tesón. Las liberó de su condena dejándolas salir a la superficie, pero nunca alejadas de las arenas y el agua y les buscó tres amigos para que no olvidaran:
1. una bola blanca que hacía llorar y así no olvidarían su sufrimiento;
2. otra bola roja que venía de su lugar de origen, América para que no olvidaran las puestas de sol de sus orígenes y tuvieran algo por lo que luchar
3. y una bola marrón rellena de minibolitas rojas que explotaban como ellas y tenían nombre de arma de fuego, para que no olvidaran la sangre que se puede derramar en la batalla.

Se hacían llamar cebolla, tomate y granada. Los tres mosqueteros para los berberechos. Y además les aportarían mucho:
  1. La cebolla, que es muy dulce cuando la mimas, les enseñaría a amar y podrían recuperar el tiempo perdido.
  2.  
  3.  El tomate, que tiene todo el secreto de la luz del sol, les enseñaría a calentarse tumbaditas y bronceaditas, como descansan los héroes  tras la batalla.
  4. Y la granada, que está formada de pequeñísimas y juguetonas partes, les enseñaría a hacerse cosquillas y podrían jugar por fin.
Y con su memoria histórica intacta (no como pasa en otras comunidades actuales…ejem) salieron a celebrarlo con sus nuevos amigos y éste fue el resultado: Alegre, cariñoso y dulce!!!!
 

Estos son los ingredientes:  




















Recordad tenedlos en agua con sal un rato para que suelten la tierra y también pelad los tomates en daditos. Ese pelatomates rojo que me trajeron del País Vasco es la caña.











Hacemos la cebolla, el ajo y el tomate y al final le añadimos los berberechos. Cuando abran, retiramos del fuego y todo ese caldito calentito es el aliño. Volcamos sin miedo sobre la lechugita.




Ponemos una base de brotes y picamos cebollino y granada por encima. Unas gotas de vinagre y ya está, rápida y sencilla....
 ¿Por qué  granadas ? porque estoy enterrá en ellas básicamente, después de dar por todos lados.         
 Es divertido hablar sobre la etimología desconocida de la palabra berberecho  y sobre todo escuchar cómo a los niños les hace gracia el nombre y pronunciarlo. Por los enanos os he dado la paliza con la leyendita...Además es real que saltan y explotan y silban: Sorry!!!!
 
DUDA: ¿se pueden sustituir los berberechos por almejas? NO..nada que ver aquí. Pillar berberechos en las pescaderías de Andalucía es un raro lujo y nada que ver su sabor con la almeja...¡qué va!
PD: no he podido cargar el video en el que saltan y silban....ay...tecnología= exasperación...=(

¿Un quitapenas? Potaje de garbancitos con setas y tomates secos.


Toda melancolía
nace sin ocasión, y así es la mía
que aquesta distinción naturaleza
dio a la melancolía y a la tristeza.
Calderón de la Barca

       Siempre que llega el otoño y empiezan los días de largas horas de lluvia, el alma tiende a contar la historia de uno de los sentimientos más poetizados y cantados de la historia de la humanidad: la melancolía. Siempre he preferido la melancolía en escultura a en pintura. Me parece que consigue siempre ser más dulce a golpe de cincel que de pincel. Todos hemos oído alguna vez que delante de un plato de garbanzos se quitan todas las penas. Así que hoy necesitamos un potaje y ya que la melancolía es dulce porque el hombre la disfruta conscientemente, ¿qué tal si comemos un potaje de garbanzos con setas y tomates secos? La base llevará calabaza, con lo que el toque dulce está asegurado.


CALDO de verduras para cocer los garbanzos. 
LA BASE: Ponemos una base de calabaza, cebolla, pimiento seco, ajo y un par de cucharadas de salsa casera de tomate.  Mientras estamos cociendo los garbancitos de tamaño miniatura en un caldo en el que pondremos las verduras que tengamos por el frigo: apio, zanahoria, puerro, pimienta, cebollino.
Caldo + sofrito


Pasamos el sofrito de calabaza, cebolla, pimiento seco y ajo. Y una vez cocidos los garbanzos añadimos al batirlo las verduras que rescatemos de colarlos. Y se lo añadimos a los garbanzos para que se sigan cociendo.
FRITADA DE SETAS Y TOMATES SECOS:

Las setas de cardo sueltan mucho sabor, así que fue las que elegí de entre la gran variedad que hay ahora en las tiendas al ser su temporada.  
No sé por qué pensé en tomates secos, pero la decisión fue acertada porque estaba buenísimo el caldo que hicieron junto con las setas.  Una vez hecho, lo añadimos a la olla junto a lo demás. Y seguimos dejando hacer  a fuego lento.  Lo vamos probando de sal pimienta y teniéndo cuidado de no deshacer los garbancitos. Para que no queden enteros, no añadáis el sofrito, la base hasta que no estén ya tiernos porque si no, no tienen suficiente agua para cocerse bien.
Una hierba para aromatizar como tomillo le vendrá muy bien.
 Recordad que si lo dejamos para el día siguiente estará más aposentado el caldo y quedará más trabado.  

Es un plato sin grasa, pero con mucho sabor y con  toda la enjundia de un potaje. Pero si queréis un poquito de grasa, creo  que con saltear unas rodajas de buen chorizo al final y tener unos 10 minutos más sería suficiente.
Disfrutemos de esta música y de un análisis de la melancolía mientras: http://www.youtube.com/watch?v=Jb0p_k8PebQ 
 P.D: ayer cené una deliciosa ensalada que os pondré mañana.

Un poco de pasta no basta!!!!


Un poco de pasta no es suficiente. Parece que la pasta se haya convertido en el plato de diario al que menos dedicación le ponemos. La verdad es que si compras pasta fresca rellena en un lugar donde la hacen exquisita, como es en La casa de la pasta, es mejor no caer en las salsas de siempre: carbonara, bolgnesa....etc....Elegí unos raviolis rellenos de calabaza  y decidí ponerle una base ligera de berengena, nueces y queso fresco.
 Sin embargo, este plato quedaría muy básico si sólo la sirvieramos así y quería algo
con un sabor exultante y que resaltara, pero que combinara y no acaparara el sabor,
así que me decanté por una especia tan sana y medicinal como el cebollino, que además le da un aroma estupendo, al ser fresco.
 Al verlo paraece que va a ser un plato muy pesado, pero como no lleva ni nata,
ni bechamel ni harina...pues la verdad que no lo es en absoluto.
PLATO LIGERO!!!!!!
 Primero hacemos la base de berengena, no olvidando dejarla cortada y pelada con sal
para que suelte el óxido que puede amargárnosla. ¿Sabías que La berenjena era llamada La extranjera en el siglo XIII, ya que provenía de Oriente. La trajeron los árabes en la época de Al-Andalus y se hizo tan famosa que dio nombre a la época ya que empezó a aparecer en múltiples platos de todo tipo?

El óxido de la berengena

 La salteamos en aceite con puerro y la cubrimos con un poco de agua para hacer un puré.
Tenédla unos 20 minutos. Después la batimos con el queso y las nueces en la batidora.

 Batimos la berengena, este poco de queso fresco y un puñado de nueces.
 
y así queda:
 
LA BASE DE BERENGENA, QUESO Y NUECES, queda muy ligera y  la batimos bien.



 
 Después preparamos la salsa de cebollino, con agua cubriéndolo una vez salteado en aceite  y unas gotas de vinagre.
 Es rápida de hacer: unos 10 minutos y sorprende por cómo combina el sabor con
 la calabaza y la berengena.


Le vamos a poner todo esto a los raviolis de Federici: 

1. La base de verdura
2. La salsa de cebollino
3. Parmesano rallado
4. Daditos de calabaza caramelizados con mora.

 CONFESIÓN:La verdad es que decidí caramelizarlos cuando en realidad, sólo con confitarlos en el aceite con sal y pimienta hubiera sido mejor porque hubieran combinado mejor con el relleno, y no se necesita tanto tiempo.
  Además el color natural de la calabaza hubiera quedado bien. Hacédlos sin caramelizar y además no se perderá su bonita forma en cubitos.

Gominolas de calabaza y mora.
Como véis pierden su forma y su color, pero igualmente están buenas. 

Una vez que tenemos los raviolis cocidos en agua abundante y sal, calentamos la base
y se la ponemos. encima los raviolis, ac ocntinuación las gotas dde salsa de cebollino y
después el queso y las gominolas de calabaza y mora.


 Guardamos una ramita de cebollino para decorar,  un par de nueces y una mora por plato.
 
¿Queda muy festivo para un martes verdad? Es un buen día para sorprender a la familia. VIVAN LOS MARTES!!!!!! y encima es un plato sanísimo. Aquí os dejo la información sobre el cebollino que más os puede interesar:
 El cebollino calma las molestias estomacales, protege contra las enfermedades del corazón e infartos, y puede ayudar al cuerpo a combatir las bacterias que acusan infecciones. Además esta hierba puede aumentar la capacidad del cuerpo para consumir grasas.
El cebollino estimula el apetito y promueve una buena digestión. Se utiliza para las molestias estomacales y para despejar la nariz obstruida, reducir la flatulencia y prevenir el mal aliento. El cebollino es valorado por el potasio el cual es bueno para el corazón, el calcio que fortalece los huesos y el hierro para la formación de la sangre. A diferencia de otras plantas de la familia de las cebollas, el cebollino tiene altas cantidades de asido fólico, vitamina A y vitamina C. Con solo tres onzas y media de cebollino se cumple con la cantidad requerida diaria de vitamina C de 60 mg.